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Al Vencedor, en Neginot: Salmo de David. Respóndeme cuando llamo, oh Dios de mi justicia. Estando en angustia, tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración. Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? (Selah.) Sabed pues, que el SEÑOR hizo apartar al pío para sí; el SEÑOR oirá cuando yo a él clamare. Temblad, y no pequéis. Meditad en vuestro corazón sobre vuestra cama, y desistid. (Selah.) Ofreced sacrificios de justicia, y confiad en el SEÑOR.

Muchos dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh SEÑOR, la luz de tu rostro. diste alegría en mi corazón, al tiempo que el grano y el mosto de ellos se multiplicó. En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, SEÑOR, me harás estar confiado.